Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

martes, 24 de diciembre de 2019

RESEÑAS LITERARIAS II


Intento de escapada

Miguel Ángel Hernández. Anagrama, 2013

Había leído su exitosa ‘El dolor de los demás’, y como me dejó una excelente impresión, tanto por la historia narrada como por la forma de contarla, me propuse y dispuse a leer otra obra de este escritor, como es norma de mis hábitos lectores. Y la verdad es que ‘Intento de escapada’ confirma la impresión de la primera. Para las dos novelas M. Á. Hernández mantiene al mismo narrador en primera persona, en el que las fronteras entre la ficción y la autobiografía se confunden, incluso con las mismas características en ambas novelas. En ‘Intento de escapada’, Marcos, estudiante del último curso de la licenciatura de Historia del Arte, acepta el encargo de su profesora Helena de ayudar en los preparativos para una exposición que va a realizar Jacobo Montes, un artista controvertido y polémico que lleva el arte a expresiones muy radicales. Muy interesante. J.L.R.

Allegro ma non troppo

Carlo M. Cipolla. Booket, 2001.


Carlo M. Cipolla (1922-2000)  es uno de los más eminentes historiadores sobre la economía europea que ha dado el siglo XX. A sus libros sobre este tema, también se añaden algunos otros ensayos sobre la cultura y, en concreto en este libro, sobre el comportamiento o naturaleza humana. ‘Allegro ma non troppo’ está dividido en dos partes, y en las dos se observa la fina ironía con que Cipolla trata tanto temas históricos como sociales. La primera, se titula “El papel de las especias (y de la pimienta en particular) en el desarrollo económico de la Edad Media”, un ensayo sobre la trascendencia que adquirió la pimienta como uno de los ejes de los movimientos políticos y económicos durante el Medievo. Y la segunda parte y más ingeniosa, es “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”, en que defiende la teoría de que la estupidez no obedece a causas sociales, sino naturales. El estúpido nace, no se hace, y están repartidos por todo el mundo. Imprescindible en estos tiempos. J.L.R.

domingo, 8 de diciembre de 2019

RESEÑAS LITERARIAS


Las armas y las letras

Andrés Trapiello. Destino, 2010.

Ya comentaba en el artículo de esta misma página la prevención que he tenido con este escritor, quizá motivada por su excesivo oportunismo, o así me lo ha parecido a mí, sobre todo con ‘El Quijote’ y todos los eventos y publicaciones que se realizaron en torno al cuarto centenario y sus secuelas. Sin embargo, ‘Las armas y las letras’ es una obra monumental en muchos sentidos, de los que yo destacaría dos: el aporte de datos (autores y obras) y, especialmente, la objetividad sin contemplaciones con que Trapiello trata a todos los escritores e intelectuales en general que se vieron envueltos en la Guerra Civil. Porque de eso trata este libro: de decir la verdad, de reivindicar a unos y de denunciar el papel que jugaron otros en la trágica contienda. Un libro desmitificador y valiente que pone a cada uno en su lugar, y por ello tan necesario para que algunos, aunque ya fallecidos, no sigan gozando de una fama que no les corresponde. J.L.R.

El último pirata del Mediterráneo

Manuel D. Benavides. Renacimiento, 2017.


Precisamente Manuel D. Benavides es uno de los escritores-periodistas que cita y reseña Trapiello en el libro antes comentado. Nacido en Ponteareas en 1895 y fallecido en México en 1947, Benavides es uno de los escritores que con mayor fortuna cultivó la llamada literatura social durante la Segunda República. Un excelente ejemplo de ello es este estudio novelado sobre las andanzas criminales o delictivas de Juan March, el que fuera una de las grandes fortunas de nuestro país, que le sirvió para apoyar económicamente la sublevación militar del general Franco. Benavides en su relato relaciona a March con la delincuencia a gran escala, empezando por el tabaco, en una España convertida en un nido de ladrones y de asesinos impunes en plena dictadura de Primo de Rivera. Sin olvidar la situación política que tiene en el libro como protagonista al radical Lerroux. Este libro le valió la cárcel a su autor y estuvo prohibido durante muchos años. Muy interesante. J.L.R.

sábado, 26 de octubre de 2019

AQUÍ NO LEE NADIE


“Al final va a tener razón el protagonista de ‘Intento de escapada’, una excelente novela de Miguel Ángel Hernández, cuando asegura que nadie lee nada”, se me lamentaba el otro día un compañero de profesión y amigo. Y añadía en un monólogo que más tenía de resignación que de rebeldía: “¡pues no se me ocurre preguntar en los primeros días de clase a los alumnos qué han leído en verano y apenas me levantan la mano unos cinco! Pero lo más grave, con serlo, no es esto, lo peor vino después… Me voy a tomar un café y me encuentro con algunos compañeros, entre ellos una profesora de Lengua y por empezar una conversación se me ocurre la dichosa preguntita, y cáete al suelo: ¡no había leído nada!”. Hay personas como este mi compañero que siguen manteniendo una cierta capacidad, cada vez más menguada, de sorpresa y, lo que es peor, una, cada vez también más disminuida, confianza en el ser humano y, en particular, en los compañeros de profesión. Eso de que la lectura se le presupone al profesor de Lengua es una afirmación de otro tiempo, del mismo en que también el valor se le presuponía al soldado. Hoy las cosas han cambiado mucho en todos los órdenes y disciplinas. Hoy basta con saber lo que pone el libro de texto o manual para dar una clase, porque nadie te exige que sepas más que eso. Hoy, basta con tener unos índices de aprobado acordes con lo esperado por el sistema para que se enmascare el fracaso escolar, unas estadísticas que de ninguna manera representan lo que sabe un alumno o alumna, sino un aprobado bajo el que se esconde a veces la mediocridad del profesor. “Esa profesora –concluía mi amigo- terminará por saber a lo largo de toda su carrera profesional como mucho el manual de la asignatura, ayudada claro está por el solucionario de las actividades, y con eso se pasará años y años”. No pude por menos que darle la razón, aunque le aclaré acudiendo al refranero que esa golondrina no hace verano. No sé si le sirvió como consuelo a su desolación profesional. José López Romero.

viernes, 4 de octubre de 2019

MÁS SORPRESAS


El año pasado casi por estas mismas fechas publicaba, a modo de inicio del curso y cierre del periodo veraniego y vacacional, un artículo en el que confesaba una de las sorpresas que me habían deparado las lecturas de aquel ya lejano verano: el retraso con que a veces llega uno a ciertos libros. Y ponía como ejemplo ‘El azar y viceversa’ de Felipe Benítez Reyes y, sobre todo, ‘Galíndez’ de Manuel Vázquez Montalbán (lecturas que sigo considerando muy recomendables). Al menos me consolaba con el socorrido refrán “más vale tarde que nunca”. Pues bien, esa misma sensación he experimentado con otro libro este verano: ‘Las armas y las letras’ de Andrés Trapiello. Quizá sea por una tan subjetiva como absurda prevención contra este escritor (a veces demasiado oportunista en sus publicaciones), o porque lo primero que leí de él fue uno de sus infinitos en número volúmenes de sus diarios (todos bajo el título genérico de ‘El salón de los pasos perdidos’), lo cierto es que no le tenía yo mucha afición ni ganas de seguir leyéndolo; sin embargo, ‘Las armas y las letras’ ha sido sin duda mi gran descubrimiento, tardío ya lo sé, de este verano y que no me he resistido a reseñar en esta misma página. Pero estos últimos meses han dado para mucho más, hasta el punto de que he descubierto otra sensación con las lecturas (¡a mi edad!, como decía el año pasado): la inutilidad de ciertos libros. Tan interiorizada tenía la máxima de Plinio el Joven de que no hay libro tan malo que no tenga algo bueno, que nunca me he parado a pensar en que pudiera haber libros prescindibles, inútiles, que si no se hubieran escrito no habría pasado nada, incluso el mundo sería algo mejor (exagero, porque esto no hay quien lo arregle). Esa sensación, aunque no logré entenderla del todo, ya la tuve hace unos años con ‘Zonas húmedas’ de Charlotte Roche, una novela ordinaria y de mal gusto, propia de esa literatura que se publicita bajo el calificativo de “transgresora” ¿Y con qué libro he tenido este verano esa sensación? Pues lo voy a decir aunque ello me cueste alguna reprimenda: la novela ‘Lejos de Veracruz’ de Enrique Vila-Matas. De este escritor me gustaron y mucho dos obras: ‘Bartleby y compañía’ e ‘Historia abreviada de la literatura portátil’; pero no me gustó nada ‘Aire de Dylan’ y esta última incursión en su novelística me ha resultado decepcionante. Quizá el comienzo de la novela atrape al lector, pero después resulta insulsa, con poca gracia y apenas interés. Ya sé que Vila-Matas es para muchos un escritor de los llamados “de culto” (otra denominación que hay que poner en cuarentena o bajo sospecha) y quizá yo me tenga que aplicar la variante de Óscar Wilde a la frase de Plinio: “La verdad es que no hay libros malos, lo que hay son malos lectores” y yo sea un mal lector de Vila-Matas. Pero ‘Lejos de Veracruz’, se pongan como se pongan Plinio y Wilde, es un pestiño. José López Romero.


viernes, 16 de agosto de 2019

LECTURAS DE VERANO III


El ruletista

Mircea Cartarescu. Impedimenta, 2010.
M. Cartarescu (Bucarest, 1956) está considerado uno de los escritores rumanos más importantes del siglo XX, incluso su nombre ha aparecido en algunas quinielas para el Premio Nobel; y con una obra literaria ampliamente galardonada. A través de un viejo escritor, amigo de la infancia del protagonista, se nos va relatando en esta breve novela la historia de El ruletista. Después de asistir a numerosas sesiones en los lugares más abyectos y explicarnos todo el proceso en torno a los ruletistas, el narrador se encuentra con este personaje: un individuo andrajoso, como los anteriores, que va adquiriendo fama y dinero a medida que le va ganando a la muerte en cada partida que con esta se echa ante un revólver. Pero en esa escalada de miedo y riesgo, el ruletista  intenta ascender un peldaño más: ya no es una sola bala en el tambor, sino dos, tres… Tan intensa como interesante. J.L.R.

Una hermosa doncella

Joyce Carol Oates. Debolsillo, 2015.

Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York. 1938) forma parte de esa estirpe de excelentes escritoras norteamericanas que con sus obras llenan las páginas más ilustres de la literatura del siglo XX, entre las que se encuentran Margaret Atwood, Alice Munro o la poeta Sylvia Plath. ‘Una hermosa doncella’ es un relato de esos que desde su comienzo ya empieza a inquietar al lector. El encuentro del viejo Marcus Kidder con la joven niñera, solo dieciséis años, Katya Spivak, da lugar a toda una historia en la que se mezclan el latente erotismo, las diferencias de clase, una educación familiar deficiente y falta de valores… Es decir, todos los ingredientes para que esa relación entre el rico, esteta y manipulador Marcus y la interesada y falta de cariño Katya se vaya desarrollando por unos caminos tortuosos sin que el lector sepa claramente cuál es la meta hasta el final. Un relato en el que Oates nos da una lección de análisis de los personajes. J.L.R.