De todos son conocidos los filtros que
algunas empresas de servicios de Internet imponen para que no se cuelguen fotos
o vídeos subidos de tono, es decir, de contenido sexual. Pero también sabemos
de las artimañas y argucias de las que muchos se sirven para regatear estas
prohibiciones, sobre todo si el personaje se dedica al mundo del espectáculo, y
necesita de algún empujón suplementario para atraer la atención, y así subir
sus índices de popularidad, o incluso por el simple placer del escándalo. Unas
semanas atrás aparecía en algunos medios de comunicación digitales, es decir,
en la propia red, la noticia de una actriz española que para colgar en Instagram
una foto suya en toples y saltarse esos filtros censores, no se le había
ocurrido mejor idea que taparse los pechos con un libro, pero no dejándolo
caer, a la manera en que muchos hemos hecho mientras reflexionábamos durante
dos horas de siesta, sino en posición de en apariencia sesuda y concentrada
lectura. Y digo “en apariencia” porque los ojos cerrados de la actriz me dan
que sospechar o que la posición de la cabeza no es la idónea, o que solo ha
tomado el libro para hacerse la foto. En cualquier caso, sus admiradores nunca
habrán odiado más ese vicio que algunos tienen por la lectura y en los momentos
más inoportunos. En honor a la verdad, hice mis averiguaciones por Internet y
resulta que el libro que sostiene la mano y oculta las tetas se titula ‘Tu lado
del sofá’, un poemario de la escritora Patricia Benito, un título muy sugerente
y toda una invitación a compartir la lectura y la tumbona donde descansa la
actriz. No es aquí ni el lugar ni el momento para enumerar las infinitas
bondades, todas útiles que tiene un libro, incluso como ladrillo, pero quizá la
foto, aunque involuntariamente y nunca más lejos de la intención, esconda uno
de los grandes mensajes de la literatura: dejar volar la imaginación. José
López Romero.