Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

viernes, 21 de enero de 2022

AUTOBOMBOGRAFÍAS

Vaya por delante la confesión: no he leído la flamante autobiografía de Miguel Bosé, y ni permita Dios que tal haga según las tres o cuatro noticias que han destacado todos los medios de comunicación antes y después de la presentación en la que la editorial Espasa, otrora seria editorial (pero el negocio es el negocio), no ha escatimado medios para la promoción y en la que el protagonista tampoco ha sido tacaño en el esfuerzo con esas dos o tres frases escandalosas que incitan a la lectura (Vade retro). Ya me topé hace un tiempo con esas autobiografías complacientes en las que el autohomenajeado casi acaba él solito con el régimen de Franco o prácticamente refundó el PCE en la mesa camilla de su sala de estar… Ya conocemos el paño que gastan estas autobombografías. Incluso cuando confiesan haber sido unos malotes, lo hacen con tanta vanidad que a cualquier lector le puede provocar arqueadas. Ahora Miguel Bosé se deja caer con una revisión en profundidad de las relaciones que mantuvo con sus progenitores, especialmente con el padre, quien por la sensibilidad a flor de piel del adolescente que cantaba “Linda” le advirtió a su madre: “Lucía, que el niño va a ser maricón” (sic). Eso de saldar cuentas con los padres cuando ellos ya están un poquito más que muertos, parece ser una constante, forma parte de los tópicos manejados para las autobombografías; pero seguramente si no se hubiera llamado Dominguín Bosé lo mismo “Linda” o “Bandido” las hubiera cantado en un club del tres al cuarto, por no decir de alterne. Además, ¿por qué en vez de Bosé no se puso como nombre artístico “La Bipolar” (tomo prestado el mote de una novela de E. Mendicutti)? ¿Qué esperaba Miguel de su padre, el que pregonó a los cuatro vientos que se había acostado con Ava Gardner en la plenitud del Franquismo? José López Romero.