Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

lunes, 11 de agosto de 2025

LECTURAS DE VERANO II

Medio sol amarillo

Chimamanda Ngozi Adichie. Random-House, 2007.

‘Medio sol amarillo’ toma su título de la bandera que será el emblema de Biafra, una región al sur de Nigeria que proclamó su independencia a consecuencia de las masacres sufridas por la etnia igbo. El relato se desarrolla antes, durante y después de la guerra civil y la hambruna que se desencadena entre los años 1960 y 1970. Sus protagonistas son dos hermanas gemelas, Olanna y Kainene, pertenecientes a una acomodada familia igbo. Olanna representa el mundo intelectual universitario, junto con su pareja Odenigbo, ambiente en el que se agita la guerra; y Kainene, el de los negocios. Personajes a los que se unirá el niño Ugwu, criado de Odenigbo. Una novela que expone en toda su crudeza las consecuencias de una guerra, agravada esta por el odio entre etnias. J.L.R. 

 

Sangre en los estantes

Paco Camarasa. Austral, 2017.

Aunque ya existen en el mercado varios diccionarios e historias de la novela negra y todas sus variantes, subgéneros y denominaciones (caso, por ejemplo, el ‘Diccionario apasionado de la novela negra’ del excelente escritor Pierre Lemaitre), ‘Sangre en los estantes’, además de ser una historia por orden alfabético (muy sui generis) del género, tiene la particularidad e interés  añadido de que su autor va diseminando, sobre todo al final de cada capítulo, el anecdotario de la que fue en su momento la única librería en España dedicada al género negro, de la que fue librero: ‘Negra y Criminal’, situada en una calle del barrio de la Barceloneta. Un repaso por los grandes y menos grandes nombres del género, y un homenaje a aquella librería que abrió sus puertas en diciembre de 2002 y cerró en octubre de 2015. J.L.R.

domingo, 20 de julio de 2025

LECTURAS DE VERANO I

Cada día es del ladrón

Teju Cole. Acantilado, 2016.

Junto con el clásico Chinua Achebe y con la siempre interesante Chimamanda Ngoze Adichie, Teju Cole, puede ser el tercer ejemplo, de otros muchos, de la sólida literatura nigeriana. Aunque los tres nombrados tengan también en común su educación o magisterio estadounidense; es más, Cole nació en Nueva York en 1975. ‘Cada día es un ladrón’ es una novela corta sobre Lagos y la corrupción instalada en una gran ciudad donde la ley se mide por el soborno que obligatoriamente se tiene que ir repartiendo. El protagonista y narrador (trasunto del propio Cole), que ejerce la medicina en Nueva York, va a pasar unas vacaciones a casa de su tía Folake. A partir de aquí, se nos ofrece una visión cruda de un país que se odia y se ama con la misma pasión. J.L.R.

 


La hermana de Katia

Andrés Barba. Compactos Anagrama,  2012.

Andrés Barba (Madrid, 1975) ya es, sin duda, un escritor plenamente consolidado en el panorama literario español. Los premios y una producción literaria de gran calidad, lo avalan con creces. Leídas ya ‘Ha dejado de llover’ y ‘Agosto, octubre’, que se inscriben en el género de las “nouvelles” o novelas cortas, ‘La hermana de Katia’ es un relato de mayor aliento o extensión, una novela de cuatro mujeres: la abuela, la madre, Katia y su hermana de catorce años, que se convierte en la protagonista, de ahí el título. Una niña que a veces no entiende los códigos con que los adultos manejan los hilos de sus vidas. La prostitución, las peleas familiares, la incomunicación, la falta de referentes y una tragedia del pasado marcan las vidas de estas cuatro mujeres. Muy interesante. J.L.R.

jueves, 26 de junio de 2025

DUELO AL SOL

No. No me he equivocado de sección. ‘Duelo al sol’ es el libro que acaba de publicar la editorial Renacimiento, que recoge textos a modo de conversación o diálogo entre dos escritores que conocen como pocos la literatura española desde el XIX hasta nuestros días. Me refiero a Abelardo Linares, poeta, ensayista y editor, y José Luis García Martín, poeta, profesor y crítico literario. Dos enormes figuras de la literatura actual. El diálogo que mantienen ambos protagonistas a lo largo de todo el libro, es una sucesión de mensajes, de réplicas y contrarréplicas a la que han querido poner el título de la mítica película del oeste, pero que García Martín hubiera preferido ponerle “el juego del gato y el ratón”. El formato de conversación o debate, que recuerda los diálogos renacentistas, es muy agradecido tanto para los autores como para el lector. Prescinde de la rigidez académica del ensayo, les permite a los protagonistas ensartar temas sin necesidad de seguir un hilo argumental, y los lectores se complacen en ese juego de tira y afloja (de gato y ratón), en el que se aprecia tanto la ironía como la complicidad, sin faltar por supuesto los desencuentros o desacuerdos que añade ese punto de picante que tanto interés despierta en el lector dada la talla intelectual de los dialogantes. El resultado es un texto que se lee con mucho agrado, en el que ambos “duelistas” no se reprimen ni se cortan un pelo en expresar sus opiniones sobre los temas más conflictivos del actual panorama literario español, sobre todo de la poesía, tema en el que son reconocidos expertos. Las anécdotas personales se mezclan con la visión de la historia literaria y las relaciones entre generaciones. En este sentido, pueden leerse la intervención de Linares titulada “Al final seré yo quien se rinda”, que termina con una interesantísima pregunta a su “contrincante”: “¿los poetas veinteañeros de hoy en día tienen ya como maestros a los poetas nacidos entre 1971 y 1985 y si mitifican a la generación novísima como yo, sin ir más lejos?”. La respuesta de J.L. García Martín, “Me pones en un apuro”, casi termina con esa ironía y ese humor tan presentes en todo el libro: “Pero no sé por qué te interesa lo que admiran los jóvenes de hoy. Yo de lo único que estoy seguro es de que no me admiran a mí (ni a ti, aunque lo disimulen más, por si los edita)”. No faltan referencias a escritores de finales del XIX y principios del XX, como la cita a Rafael Leyda del que se transcribe un cuento (‘La tita’), autor en la mejor tradición del relato corto europeo; como tampoco de los poetas más actuales, junto con las polémicas suscitadas que entran ya en lo personal. ‘Duelo al sol’ es, en definitiva, un libro no solo para leer, sino para aprender y entretenerse. José López Romero.

 

viernes, 13 de junio de 2025

VIDAS INTENSAS

Anna Andréyevna Gorenko, más conocida como Anna Ajmátova, nació en Odesa el 11 de junio de 1889. Estudió Derecho, Latín, Historia y Literatura en Kiev y en San Petersburgo (Leningrado). En 1910 se casó con Nikolái Gumiliev, uno de los poetas fundadores del movimiento llamado “acmeísmo”, corriente opuesta al simbolismo y que preconizaba una poesía sobria, sin excesivos ornamentos retóricos. Junto con su marido, son ella misma y Osip Mandelstam los poetas más representativos de este movimiento. Y como Mandelstam, fue perseguida implacablemente por el régimen impuesto por el genocida Joseph Stalin. Aunque nunca fue detenida, su tercer marido N.N. Punin y su hijo, Lev Gumiliev, sí fueron encarcelados, y su obra poética prohibida. En la biografía del gran poeta ruso ‘Contra toda esperanza’ de (ed. Acantilado), Nadiezhda Mandelstam alude en múltiples ocasiones a la amistad que unía a ambos poetas, más estrecha por su común lucha contra el tirano. Su gran obra lleva por título ‘Réquiem’, que fue escribiendo entre 1935 y 1940 y que no pudo publicarse en la URSS hasta 1987. Anna Ajmátova moriría cerca de Moscú en 1966.

Flora Alejandra Pizarnik nació en Avellaneda el 29 de abril de 1936. Con veinticuatro años (1960) se embarca para París, ciudad en la que residirá hasta 1964, periodo en el que consolida su personalidad y su creatividad, como ha demostrado Manuela C. Almodóvar en su monografía dedicada a la poeta argentina. Será en París donde vivirá con total intensidad su independencia familiar y donde comenzará a entablar contactos y amistades literarias fundamentales para su obra. Prueba de ello es su relación con el matrimonio Cortázar, preocupado por la salud de Alejandra, y el prólogo que le hace Octavio Paz al poemario titulado ‘El árbol de Diana’ que escribe y publica en París en 1962. Como señala M. C. Almodóvar: “Mujer atormentada por la vida que le es hostil (sentido de abandono y soledad, agravado por diversas enfermedades) y la atracción que sobre ella ejercía la muerte (uno de los temas más recurrentes en sus poemas), Alejandra Pizarnik encuentra en el surrealismo y en el simbolismo los movimientos más adecuados para su expresión poética.” Pizarnik vuelve a Buenos Aires donde continúa con su labor creadora, fruto de ella serán ‘Los trabajos y las noches’ (1965) y ‘La extracción de la piedra de locura’ (1968). Durante un fin de semana en el que había salido con permiso del hospital psiquiátrico donde estaba internada, el 25 de septiembre de 1972, a los 36 años, Alejandra Pizarnik murió por una sobredosis de pastillas de Seconal. José López Romero.

 

viernes, 30 de mayo de 2025

LA MAQUINITA

El otro día me encontré a un amigo, al que me une especialmente una amistad libraria, aunque no coincidamos del todo en los gustos. “¿Sabes cuál ha sido mi última adquisición?”, me preguntó. Y ante mi expectante ignorancia, me informó muy ufano: “¡Una máquina de fango!”. Y siguió: “Me puse a buscar en Amazon y vi una baratita, marca Acme, una marca de garantía, y en dos días ya la tenía en casa. ¡Oye! ¡Una maravilla! Leí el manual de instrucciones, la enchufé a un puerto usb del ordenador y ¡a funcionar! Te sale un menú con los temas sobre los que puede crear bulos y noticias falsas. Un catálogo en el que la política es uno de esos temas estrellas. Pero preferí la literatura. Por curiosidad y por probar hasta dónde podía llegar la originalidad del artefacto en este asunto, le propuse que me crease algunos bulos literarios. Y, pásmate, no tardó ni dos minutos en crear seis o siete bulos”. Ante mi cara de ansiedad por conocer algunos de ellos, sacó su móvil y me puso por delante la foto que le había hecho a la pantalla y pude leer algunos de ellos. “Bulo 1: todos los premios literarios están amañados. Hasta hace poco tiempo mangoneaban y decidían los agraciados dos figuras muy preeminentes del panorama literario nacional. Bulo 2: hay premios que se han otorgado sin haberse escrito siquiera la obra premiada, seguramente se premiaba a un familiar. Bulo 3: las subvenciones son una buena herramienta para rescatar editoriales que son de la cuerda ideológica de quien las concede (con dinero público, por supuesto), editoriales en las que publican los escritores de la misma ideología (que no es otra que la del poder). Bulo 4: detrás de algunas novelas y premios están más que el nombre del autor, una serie de “negros” (argot literario) que mejoran tanto la obra que no la reconoce ni el primer padre o madre que la engendró”. Y así hasta un bien nutrido listado de bulos que daba escalofrío leer. Al final, en nota al pie de la pantalla, como si de esa letra pequeña de las hipotecas se tratase, se podía leer: “MAX: … La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas. [...]. Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma las caras y toda la vida miserable de España.” Amén. José López Romero.