Julio Cortázar
"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)
jueves, 17 de junio de 2010
LA VERDAD
“El periodismo, viejo o nuevo, debe atenerse ante todo a la verdad”, nos venía a decir Gay Talese, considerado como el padre del “Nuevo Periodismo”, en una entrevista. Y hace unos días un famoso director de un periódico nacional se dejaba caer con este titular: “Viviremos una nueva era de esplendor periodístico” en referencia a las incalculables aplicaciones de las nuevas tecnologías en esta sociedad de la información y la comunicación. Y en realidad, el periodismo, sea viejo o nuevo pero que sea bueno, no ha hecho otra cosa que exponer la verdad desde que nació como hojas volanderas o panfletillos, para alcanzar una primera época de esplendor en el siglo XIX (magnífico el libro de Mª Cruz Seoane ‘Historia del periodismo en España. Siglo XIX’, Alianza Universidad), y terminar con su consolidación definitiva como ese cuarto poder a lo largo del XX. ¿Nuevo esplendor? Yo más bien diría que el periodismo nunca ha pasado por momentos críticos y siempre ha gozado de buena salud, porque unos u otros le han dado a la sociedad lo que ésta en su diversidad les ha demandado. En España son incontables los grandes nombres que han contribuido a ese esplendor de la prensa escrita, desde Larra, pasando por José Mª Pemán (mejor periodista que poeta o dramaturgo), González Ruano o el mismo Umbral (al que también podemos aplicar lo dicho a Pemán); hoy los nombres de excelentes profesionales del periodismo no cabrían en las páginas de este Diario, muchos de los cuales han marcado estilo en la profesión, han sido reconocidos pero, sobre todo, y quizá esto sea lo más importante para un periodista, gozan del prestigio de la verdad. Porque al margen de nombres y tiempos, la sociedad, o parte de ella, seguimos queriendo del periodismo ante todo la verdad, lo que se ha llamado de toda la vida “información”, sin perjuicio de la opinión que forma también, si se sabe utilizar, ciudadanos libres y comprometidos. Por eso, en un mundo en el que la información llega tan deprisa y a tantos sitios, en que sin duda “viviremos una nueva era de esplendor periodístico” con el uso de las nuevas tecnologías, el ciudadano cada vez exige más que el periodista responda a la verdad y no a los intereses del grupo mediático al que pertenece. El daño que a la sociedad le están haciendo algunos medios de comunicación, algunos periodistas que en otro tiempo gozaron de prestigio, hoy convertidos en la voz de su amo (que ya murió, por cierto), la ocultación de la verdad, la defensa de lo indefendible por salvar la subvención, ya no es periodismo, sino fraude, mentira y mezquindad. José López Romero.
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Menos mal, maestro, que al final has dicho lo de "fraude, mentira, y mezquindad".
ResponderEliminarYa lo dice "El Libro" - La verdad os hará libre. Lo que pasa que ahora la "verdad" tiene precio y ya no es verdad.
Salud.