La calle “library way” de Nueva York, o el tramo de la 41
que desemboca en la Quinta Avenida y, de esta, en el imponente edificio de la
Biblioteca Pública de la ciudad, está llena de placas, hasta 96, encastradas en
las dos aceras de la calle, que recogen otras tantas citas de escritores y
sabios referidas al libro o a la lectura. En Internet hay numerosas entradas
que nos aclaran la historia y detalles de estas emblemáticas placas que, a
medida que uno se va acercando a la Biblioteca, a la que está viendo al fondo
de la 41, puede ir leyendo y pisando. Esta curiosidad puede entenderse de
muchas maneras, pero no deja de ser un ejemplo más de la profunda admiración
que la cultura anglosajona siempre ha mostrado por el libro, y de la que tanto,
pese a los siglos que de nuestra cultura mediterránea nos contemplan, debemos
aprender. Me recordó las placas de Nueva York la iniciativa de la que nos
informaron diferentes medios de comunicación que ha tenido, al perecer, un
colectivo de artistas urbanos de Madrid, llamado “Boamistura”, de adornar 22
pasos de peatones del centro de la capital con versos. Y así los cientos y
miles de viandantes que cruzan por dichos pasos pueden alegrarse el día con
frases como: “A veces reírse es lo más serio” o “Madrid, te comería a versos”.
Hace ya unos años me hice eco en esta misma página de un comentario de una
joven poeta, que proponía sacar a la calle a la poesía. La idea, por tanto, de
Boamistura no es nueva, como tampoco el comentario de la joven, porque
iniciativas de sacar a pasear la literatura ya la tenemos en aquellas
bibliotecas ambulantes del XIX o en el fenómeno moderno de los “crossing
books”, al que varios artículos ha dedicado mi compañero de página. Partiendo
de que cualquier idea que pretenda acercar el libro y su lectura a la gente, es
por sí misma encomiable, mucho me temo que “te comería a versos” se quede
perdido en el almacén de imágenes de un infinito número de móviles como una
curiosa anécdota urbana. Las placas de Nueva York llevan allí desde 1998. José
López Romero.
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