Julio Cortázar
"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)
viernes, 31 de mayo de 2024
MAESTROS (I.M. FRANCISCO RICO)
Cuando ya ha pasado el tiempo suficiente
para aplicar el refrán, siempre sabio, “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”,
nunca está de más volver a recordar la figura del eminente filólogo don
Francisco Rico Manrique, fallecido el pasado 27 de abril, aunque a él sin duda
le hubiera gustado haber muerto cuatro días antes. ¡Qué son noventa y seis
horas, después de ochenta y dos años, comparadas con la gloria de la efeméride
compartida! Los que tuvimos la suerte de iniciar los estudios de Filología
Hispánica como especialidad (de esto hace ya más tiempo del que quisiera
acordarme), teníamos por maestros a don Ramón Menéndez Pidal y sus estudios
medievales, a don Dámaso Alonso con su ‘Poesía Española’, a don Américo Castro
y sus estudios cervantinos y al catedrático por aquellos años de la Universidad
de Sevilla don Francisco López Estrada. Fue un poco más tarde cuando a estos
grandes de los estudios filológicos se fueron uniendo nombres como Emilio
Orozco Díaz, Antonio Prieto, Fernando Lázaro Carreter, Mª Rosa Lida de Malkiel,
Juan Antonio Maravall y Francisco Rico, junto con otros muchos a los que ahora
llamamos maestros y que en aquel tiempo fueron nuestros padres y madres cuyos
estudios sobre los grandes clásicos del Siglo de Oro guiaron los nuestros. Pero
para llegar a ellos hay que reconocerles el mérito a profesores de la
Hispalense como Rogelio Reyes Cano, Pedro Piñero o Jacobo Cortines que nos
acercaron a los trabajos e investigaciones no solo de las eminentes figuras
españolas citadas, sino también de los grandes hispanistas extranjeros: S.
Gilman y sus estudios sobre ‘La Celestina’, E. L. Rivers sobre Garcilaso o Jean
Canavaggio sobre Cervantes, por citar solo unos ejemplos. Y es precisamente a
Cervantes y su ‘Quijote’ a los que Rico, fumador impenitente e impertinente,
dedicó las mejores y más profundas páginas de su labor investigadora; sin
olvidar las dedicadas al ‘Lazarillo’, el otro clásico que debe a Rico ediciones
definitivas (Cátedra y Biblioteca Clásica de la RAE). La edición que a su
cuidado publicó primero la editorial Crítica y más tarde la RAE del ‘Quijote’,
junto con estudios como el conjunto de artículos que reunió bajo el título
‘Tiempos del Quijote’ (Acantilado, 2012), pueden considerarse, además de
otros trabajos, la aportación más destacada a los estudios quijotescos de este
filólogo catalán que nunca se cansó de reivindicar la relación
Cervantes-Quijote-Barcelona como “una historia de amores felices”, como así lo
define el propio Rico al comienzo de su artículo “La barretina de Sancho, o Don
Quijote en Barcelona”, incluido en su libro ya citado ‘Tiempos del Quijote’,
para terminar con estas palabras que bien podrían ser una lección para los
convulsos tiempos que ahora corren: “Es que en Barcelona don Quijote ha sido
siempre de casa y el ‘Quijote’ puede muy bien ser el libro más “nacional” de
Cataluña”. José López Romero.
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