Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

viernes, 1 de marzo de 2013

TODO DE


En ‘Blanco nocturno’, una magnífica novela de Ricardo Piglia, aparece de pasada en la trama policiaca que en ella se desarrolla un personaje oscuro, apenas esbozado con unas leves pinceladas descriptivas: la madre de las hermanas Belladona. En las confidencias que le hace una de ellas, Sofía, al periodista y narrador Emilio Renzi, le comenta que su madre es una lectora compulsiva, es más, la lectura es la única actividad que la mantiene en un estado normal. Aislada voluntariamente de la vida familiar, apenas sale de sus habitaciones, si no es para seguir leyendo en el jardín de la casa. “¿Y qué lee?”, le pregunta Renzi a Sofía. “Novelas. Llegan en grandes paquetes una vez por mes las entregas para mi madre. Las encarga por teléfono”, comenta. Pero lo más interesante de la compulsión de la señora es el método de lectura. “siempre lee todo lo que ha escrito un novelista que le interesa. Todo Giorgio Bassani, todo Jane Austin, todo Henry James, todo…” y Sofía va citando autores entre los que destacamos a Moravia, Galdós, Huxley o Carson McCullers. Un método que me llamó la atención porque a más de un lector sin remedio, es decir, compulsivo, he conocido con ese mismo procedimiento de lectura, que tiene por único rigor el “todo de…”. Digo más, yo mismo lo he seguido y lo sigo con algunos escritores a los que me acerco por primera vez, y que me interesan tanto que no dudo en hacerme con todo o buena parte de lo que puedo encontrar en librerías. Me dediqué por un tiempo a leer toda la novela española decimonónica que caía en mis manos y debo confesar que si algunos autores y novelas han resistido una segunda lectura (Galdós, ‘La regenta’), por otros ha pasado ya demasiado tiempo o no era, cuando los volví a tomar, el momento adecuado (Pereda). O el fervor con que me sumergí en aquel “boom” latinoamericano. Mis últimas compulsiones han sido Julian Barnes, Michel Houellebecq y Jorge Ibargüengoitia. Y por supuesto, Ricardo Piglia. José López Romero.

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