Julio Cortázar

"Un libro empieza y termina mucho antes y mucho después de su primera y de su última página" (Julio Cortázar)
"Mientras se puede dar no se puede morir" (Marceline Desbordes-Valmore)

viernes, 6 de marzo de 2015

EDICIONES

“¿Usted también escribe?” es el título de uno de los artículos de Jorge Ibargüengoitia incluido en el volumen “Revolución en el jardín”, que reseñamos en esta misma página. Y aunque recomiendo la lectura de todo el artículo y, por supuesto, de todo el libro por la fina ironía con que suele el escritor mexicano acompañar sus textos, para esta ocasión me interesa el dato con que inicia el artículo: “En Estados Unidos el número de personas que han escrito una novela es monstruoso. Muchas veces mayor, por supuesto, al número de personas que han publicado una novela”. En los años en que Ibargüengoitia escribió este texto sin duda era una evidencia (de ahí su “por supuesto”) que el número de novelas escritas en los EE.UU. fuera infinitamente mayor que el de las publicadas. En la actualidad, esta diferencia con ser también evidente no solo en los EE.UU., sino en todas las partes del mundo, incluida España, se está acortando, está disminuyendo con inusitada rapidez. Y buena culpa de ello la tienen dos elementos que de alguna manera están provocando que la edición de un libro, sea del tipo o género que sea, no se convierta en una tortura para su autor que le conduzca incluso, en casos extremos, a la propia muerte, como a John Kennedy Toole. Por un lado, los portales que en Internet se ofrecen para alojar cualquier tipo de publicación, en los que el escritor puede ofrecer su libro ya sea bajo pago o de forma gratuita; en este sentido, quizá sea Amazon, la empresa más fiable en todos los aspectos. Por otro, si el autor quiere darse un pequeño capricho, o la propia familia hacerle un regalo al joven (o no tan joven) literato, por un módico precio muchas editoriales (modestas pero de calidad) ponen al alcance una edición de 100 ejemplares en papel con los que puede felicitar Navidades a familiares, amigos e incluso a enemigos. ¡Todo un regalo… envenenado! José López Romero. 


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